De buque oceanográfico a Velero Escuela
Construido en el año 1930 en el puerto de Cádiz, España, el Capitán Miranda fue pensado inicialmente como buque hidrográfico.
Las características de la nave eran 55 metros de eslora, 8 metros de manga, 3.40 de calado, propulsión diesel y a vela, y capacidad para 47 tripulantes.
La botadura del Capitán Miranda se produjo en el mes de julio de 1930. Su nombre hace homenaje al Capitán de Navío Francisco Prudencio Miranda, eminente marino uruguayo, hidrógrafo, historiador, profesor, conferenciante, escritor e investigador sobre temas del mar.
Transformación
Si bien como buque hidrográfico desarrolló una destacada y extensa labor de más de 40 años, a partir de 1977, el Capitán Miranda fue transformado en Velero-Escuela. El antiguo buque se convierte entonces en una estilizada goleta de tres palos.
En base a los proyectos presentados, se aumentó su superficie vélica, se construyeron alojamientos adecuados, se efectuó su remotorización, se modernizaron sus sistemas y se adecuó completamente para su nueva función.
Participaron en la transformación varias empresas uruguayas, se utilizó en su mayoría materiales nacionales, sólo se adquirieron en el exterior, elementos indispensables. Los trabajos fueron realizados por personal especializado de la Armada Nacional.
Al comenzar en su nueva tarea, se convirtió en uno de los más grandes y rápidos veleros activos, gracias a su moderno aparejo.
Remodelación
El 20 de octubre de 1978 el Capitán Miranda inauguró esta nueva etapa con su primer viaje de instrucción que se volvería a repetir cada año hasta la actualidad.
Transcurridos 16 años de la primera transformación que convirtiera al Miranda en Velero – Escuela, fue aprobada una nueva remodelación del buque.
En junio de 1993, el barco ingresó al astillero de la Empresa Nacional Bazán en Cádiz, España. Debido a su estado avanzado de deterioro, el Capitán Miranda fue prácticamente desarmado en su totalidad y vuelto a armar minuciosamente sustituyendo cada pieza con particular precisión.
Esta segunda reparación permitió la incorporación de una serie de mejoras, que sumadas a la actualización tecnológica de rigor, han dotado al Miranda de mayores facilidades para el cumplimiento de su misión.
La vuelta al mundo en 355 días
El año 1987 marcó un nuevo hito en la historia del Velero - Escuela Capitán Miranda. Cumpliendo con su VIII Viaje de Instrucción, el buque dio la vuelta al mundo, convirtiéndose en el primer buque de la Armada del Uruguay en concretar esta hazaña.
Zarpó el 2 de agosto de 1987 desde Montevideo y en la oportunidad navegó durante 355 días, recorriendo 34.101 millas por distintos mares y océanos.
Entre los puertos visitados durante el extenso itinerario, Sydney, Australia, fue uno de los más especiales y recordados, ya que nuestro buque participó de los festejos del bicentenario de ese país, los que incluyeron, entre otros eventos, una regata en la que el Capitán Miranda obtuvo el primer puesto entre aquellos buques que representaban naciones.
Biografía de Francisco Miranda
Descendiente de españoles, era heredero de una tradición familiar en la que se encuentra, repetidamente su apellido entre la ilustre estirpe de marinos, tanto en la rama que continuara en España, como en la generación uruguaya.
El Capitán de Navío Francisco Miranda, fue férreo marino de convicción, que luchando contra duros inconvenientes de la época en la que le tocó vivir, pudo abrir una profunda senda profesional en el horizonte de nuestra recién nacida Marina Militar.
Para ubicar el pasado naval de su abuelo, debemos trasladarnos al 14 de octubre de 1805 frente al Cabo Santa María y a unas cincuenta millas de Cádiz, allí surge don José Fernández de Miranda, quien luchó con bravura bajo las órdenes del Almirante Gravina, en aquella batalla para las armas franco-españolas.
Su padre, Don José A. Miranda, Mayor de Marina, fue Oficial de nuestra Armada y luego Comandante en las antiguas cañoneras.
Francisco Miranda nació en Montevideo el 28 de abril de 1869.
El jóven Francisco Miranda, a los 17 años ingresó en calidad de Aspirante de Marina a bordo de la cañonera "General Suárez" en agosto de 1886. En marzo de 1887, tal era su dedicación y su notoria competencia, que obtiene el nombramiento para desempeñarse como Guardiamarina en el mismo buque, en 1889 asciende Sub-Teniente de Marina y en diciembre de 1892 a Teniente 2º.
Con sucesivos ascensos, en 1895 como Teniente 1º de Marina, continuando en la cañonera "General Suárez" hasta diciembre del año siguiente, en que fue transferido a la cañonera "General Rivera".
El 4 de diciembre de 1896, previo a su presentación en la Cañonera "General Rivera", Miranda prestó servicios como Comandante del "General Flores".
En octubre de 1901 fue designado 2º Comandante de la cañonera "General Rivera".
El 22 de octubre de 1903, una explosión tuvo lugar a bordo de la cañonera "General Rivera" en su amarrazón de la bahía de Montevideo, que sacude toda la zona portuaria y sus proximidades. Entre los heridos se encontró su 2º Comandante, que además de la pérdida de un ojo, sufrió quemaduras y heridas diversas.
En 1910, como Capitán de Fragata, fue designado 2º Comandante del recientemente adquirido buque escuela, el crucero "Montevideo", y en 1919 ocupó el cargo más alto de su carrera, como Ministro del Consejo Supremo de Guerra y Marina, en cuyo interín fue promovido a capitán de Navío.
Durante su carrera ejerció funciones docentes en la Escuela Naval, desde su creación en 1916.
Muchos años de labor paciente y tesonera invirtió el Capitán Miranda en sus estudios e investigaciones profesionales, con numerosos impresos. Entre ellos se destacan "El Plata y sus afluentes" y "Geografía Marítima", conteniendo la descripción de los principales puertos, bahías y rutas navegables; así como "La defensa marítima y fluvial de la República O. Del Uruguay", "Influencia de la Marina en el porvenir del país","El Río de la Plata","Alumbrado y balizamiento".
En atención a todos estos méritos, nuestro gobierno decidió dar el nombre de "Capitán Miranda" al primer buque hidrográfico, que el país hizo construir destinado a las investigaciones oceanográficas y la confección de cartas náuticas.
Falleció el 26 de abril de 1925, después de haber dedicado hasta el último día de su vida a nuestra Marina Militar en cuyos buques navegó más de 55.000 millas y permaneció casi 17 años embarcado.